Ciudad para bicicletas

Imagina una ciudad fresca, poco ruidosa y cómoda, en la que no hay que esperar en la orilla de la acera a pleno sol a que el semáforo de peatones se ponga verde. Una ciudad en la que puedes ver la cara a todos los que circulan, en la que tu vida no corre peligro al cruzar la calle… o ni siquiera tienes que cruzar la calle tal como lo concibes ahora. En dos pasos habrías cruzado el carril bici.

¿Qué pasaría con la gente que no puede moverse en bici? Sería una delicia. Una ciudad bien adaptada para bicicletas en gran parte ya está adaptada para sillas de ruedas y carricoches, y los bordillos bajos y rampas también vendrían bien a los ancianos. Las personas con dificultades físicas no se verían en tanto peligro como ahora, teniendo que cruzar hasta cuatro carriles con semáforos que apenas duran treinta segundos. Incluso la gente que no tiene dificultad estaría menos nerviosa. 

Sin duda el peligro que correríamos andando por una ciudad llena de bicicletas no es el mismo que en una llena de coches y motos. Los accidentes serían menos frecuentes y mucho menos graves.

Los transportes públicos (sí habría un poco de ruido y vehículos peligrosos), serían puntuales, los chóferes estarían sometidos a menos estrés y habría menos probabilidad de atropellos y choques.

Los garajes y aparcamientos podrían estar en la periferia, a donde la gente iría a coger el coche para las largas distancias.

 

No es una utopía. Houten es una ciudad adaptada a todo esto.

En definitiva serían ciudades más eficientes económica y socialmente. Nuestros piernas estarían más fuertes, nuestros corazones más sanos, los  pulmones más limpios y el cerebro menos estresado. Y esto son cuatro cosas excesivamente valiosas: más que la comodidad momentánea del coche y más que el tiempo que éste aparentemente nos hace ganar y que nos quita en salud y por tanto en tiempo de vida (además en trayectos cortos, de unos 20 minutos por ciudad, se llega antes o al mismo tiempo en bicicleta y es muy fácil aparcar).

Sin embargo, hoy en día, circular en bici por la ciudad es muy estresante. Para que deje de serlo y todo lo que hay escrito arriba pueda formar parte de nuestra vida cotidiana, debemos desempolvar nuestra bici y hacerla formar parte de la ciudad, conseguir que su uso sea extensivo y prioritario, reivindicando un espacio de auténtica movilidad, sin atascos.

¿Quieres estar más sano, gastar menos dinero y cuidar el medio ambiente? No saques a la calle tu coche, saca tu bici.

¿Cómo conseguir esa ciudad?

En una de las ciudades más contaminadas por el tráfico del mundo, como es Cuidad de México, ha surgido una admirable iniciativa: una web donde fotógrafos, diseñadores, ingenieros, sociólogos ayudados por otros tantos profesionales y estudiantes, todos ciclistas, escriben sobre cómo hacer posible el uso de la bicicleta en la ciudad. En la sección de documentos encontrarás recomendaciones, testimonios y seis manuales sobre la movilidad en bicicleta que puedes descargar de forma gratuita.

Primeros pasos en bicicleta

Soy novata en el mundo de la bicicleta. Si tú también lo eres no viene mal informarse de algunos temas como son:
- Consejos para elegir una bicicleta (si ya tienes una, cómo adaptarla mejor a ti), o si existe servicio de préstamo en tu ciudad.
- Medidas de seguridad (para protegerte y para ser visible).
- Sistemas antirrobo.
- Vías amables o rutas ciclables en tu ciudad (en algunos blogs y foros la gente ya ha sugerido rutas que te pueden ayudar a llegar al trabajo, a la tienda o a casa de tu madre con pocas dificultades).
- Iniciativas a favor del uso de la bicicleta en tu ciudad.
- Normas para circular en bicicleta.

Y si necesitas practicar como yo, que hace tiempo que no monto en bicicleta, ve a un lugar tranquilo y empieza a disfrutar.