29 de junio de 2016

Lo que se escribe por ahí


¿Os acordáis del titular que decía que los hombres no escuchaban a las mujeres porque su voz les resultaba insoportable? Pues ahora hay una nueva patochada circulando: "LA CIENCIA LO CONFIRMA: MIENTRAS MÁS GRANDE LA PANZA, MEJOR EL AMANTE"

Si en el anterior post hablábamos de enfrentarnos a las opiniones que nos rodean, en éste hablaremos de los contenidos pseudo-periodísticos que siempre consiguen atraer nuestra atención y robarnos esos minutos de tiempo que tan dispuestos estamos a entregar mientras perdemos el tiempo en la red.

El titular de ahí arriba está extraido de UPSOCL.com y firmado por Simona Villela (no lo enlazo porque no quiero contribuir con más clics; si tenéis curiosidad, supone apenas una busqueda rápida), pero no me quiero meter con ella directamente, sólo quiero ilustrar y advertiros de los bulos que abundan -ávidos de que los compartáis, los gustéis y los cliquéis- desde que los clics atraen dividendos publicitarios. Por pura pereza, prisa y cutrerío, este es el único ejemplo que aportaré, que estoy procrastinando y no me quiero distraer.

El estudio original fue publicado en 2010 y vuelto a mencionar hace 11 meses por el medio que he citado, que ha conseguido que todavía siga rebotando por ahí. En realidad se ocupaba de establecer una relación entre el índice de masa corporal y la eyaculación precoz (EP). O sea, que no se puede extender a todos los hombres en general, ya que estamos hablando dentro del ámbito de una patología concreta; y mucho menos hablar de la calidad como amantes, que tendría en cuenta otros factores de desempeño sexual aparte de la duración (no creo que muchas coincidan en que un hombre empalmado, boca arriba e inmóvil es un buen amante; mucho peor si está boca abajo. Eso sí, si dura lo suficiente se le podría hacer un cuadro, o un molde…)

Según lo observado en ese estudio, las personas con mayor índice de masa corporal tienden a padecer menos esa patología, la eyaculación precoz (en el grupo control (sin EP) había un 24% de obesos y en el grupo de pacientes con EP había un 9% de obesos). En absoluto dice nada parecido a que cuanto más grande la panza, mejor amante se es.

Vemos a menudo, aunque no comprobemos las fuentes, que un estudio científico es tergiversado y convertido en un titular divertido porque trata de temas sexuales. Poner "la ciencia lo confirma" delante de todo ya lo convierte en herético. Parece que la Ciencia no sirve para otra cosa que para respaldar lo que a cualquiera le de la gana de decir, como hacían los cruzados con Dios mientras él seguramente se echaba las manos a la cabeza detrás de una nube.

Pero seguirán haciendolo, porque introducir un poco más de confusión en nuestra mente se traduce en euros para los medios divulgadores gracias a nuestros clics, observados de cerca por las empresas que se publicitan en internet. La única forma de rebelarse es averiguar quién es serio y quién se está riendo en nuestra cara, y administrar sabiamente los "me gusta" y los "compartir".

¿Conocéis la sensación de llegar al trabajo o a una reunión familiar en la que muchos son de un equipo rival el día después de que pierda tu equipo? ¿O el infortunio de encontrarte con esos colegas a los que tu madre les estuvo contando tus movidas de la infancia? ¿O cuando aparece un personaje famoso y controvertido o ridículo con tu mismo nombre y apellido o que se parece a ti? Bueno, aunque no es exactamente lo mismo, imaginad el cachondeo y la cara abochornada de científicos como esos pobres al entrar en su departamento de la universidad. Tanto esforzarse por publicar en la prestigiosa Nature, en Neurology o en Science y acaban encontrando sus nombres en publicaciones digitales que se dedican a copiarse los posts, debajo de un titular ridículo. Afortunadamente para ellos hay quienes hacen tal mal su trabajo que ni siquiera citan a los autores del estudio o el origen de la información.

Es posible que ahora no queráis compartir mis desahogos porque os acabo de chafar la ilusioncilla que os hacía iros al bar a alimentar la pancita para poder rendir mejor. No importa, lo que importa es vuestra salud mental y física, así que cuídense señores, que la relación de la obesidad (cuando está asociada a enfermedades vasculares) con la disfunción eréctil está mejor discutida entre los expertos.

¿Conocéis más bulos pseudo-periodísticos o noticias sospechosas de serlo? Venga, comentad y nos echamos unas risas.

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Imágen: picjumbo
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